miércoles, junio 28, 2006

Es fácil provocar la lluvia, si sabes cómo

Por primera vez un post lo escribo previamente en papel.
Con la tormenta que se ha formado no me arriesgo a comenzar a escribir en el ordenador y extasiada con la pulsión y con medio post escrito se me olvide guardarlo y ¡¡zas!! Apagón.
Son las fiestas en mi barrio, La Almozara, durante toda esta semana. No hay nada mejor para que llueva: montar unas fiestas con muchos actos al aire libre. Eso huele a lluvia segura. Este procedimiento tan rústico y popular tiene un porcentaje más alto de efectividad que el científico y sofisticado método de bombardear nubes con yoduro de plata, tan de moda estos días. Además tenemos dos por el precio de uno: fiesta y lluvia, ¡qué más se puede pedir!
Otro método que puedo ofertar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, aparte de que alargue las fiestas de San Isidro hasta julio, puede ser el de que todos los madrileños, y por extensión todos los ciudadanos de comunidades con escasez de agua, se pongan a limpiar sus acristaladas galerías (tcc terrazas) o sus coches. Y no estoy descubriendo el Mar Mediterráneo con estas afirmaciones. Ya lo sé. Sólo recuerdo y planteo como opción, ese conocimiento que reside en todos nosotros ¿quién no ha oído a su madre, padre, herman@, tí@, o uno mismo quejarse amargamente y con dolor de haber invertido minutos, incluso horas, dando brillo y esplendor a esas superficiles acristaladas tan poco agradecidas? Nada más terminar el trabajo -bueno a veces la lluvia nos respeta y da un margen de tiempo para poder enseñar nuestra hazaña a amigos y familiares-, aparecen las temibles nubes negras por el horizonte... la ley de Murphy con todo su fulgor...
En fin que esta mañana iba a limpiar mis terrazas que están llenísimas de polvo pero remoloneando, remoloneando, me he levantado más tarde y no va a poder ser porque está lloviendo! y esta vez gano yo ¡¡que hasta que no escampe no me arriesgo!!

martes, junio 13, 2006

San Antonio Junio 13 ya llegó

Es una de esas canciones que no me canso de escucharla desde que la descubrí, allá por febrero-marzo de este año gracias a un amigo.
Por diversas circunstancias hoy San Antonio me ha rodeado. Son esas veces que por azar, en un mismo día aparece una misma figura de manera recurrente... y las cosas parecen como encajar.
Antonio Vega, su autor, la creó para contar lo siguiente:

"En principio, es una historia que no ofrece dudas. Un cuento romántico de un soldado que parte al frente y deja el corazón a buen recaudo con su amada, y luego, en el frente, se descubre a sí mismo como un monstruo despiadado. Cuando regresa en busca de su condición humana, ya no encuentra su corazón y queda deambulando por los caminos como un alma en pena. No tiene ningún contenido autobiográfico, más allá de la dualidad bien-mal que todos tenemos dentro" (http://canales.elcorreodigital.com...)


San Antonio - Antonio Vega

Al partir dejó a su amada el corazón
Y sin él en la batalla sin piedad luchó

Ira del infierno, el enemigo le llamó
Pero él, aventurero, Romántico señor
Mas allá de las montañas se perdió
Y tan sólo su mascota le siguió
De un ejército vencido el último bastión
Aventurero, romántico señor

San Antonio Junio 13 ya llegó
Esta noche ladra un perro, llama una voz
Late un corazón sin dueño
Nunca lo encontró
Nunca lo encontró

Sin dolor, pensó en la tierra que dejó
Entre el barro y las estrellas decoró su mansión
Ante el espejo su cara le asustó
A una lagrima reseca se aferró
Dejó pasar el tiempo hasta acabar la contienda,
luego en busca de su corazón partió

Mas allá de las montañas se perdió
Hoy su sombra deambula sin dirección
Solo algunos lo recuerdan cómo sucedió
Aventurero, Romántico señor
San Antonio Junio 13 ya llegó

Esta noche ladra un perro, llama una voz
Late un corazón sin dueño
Nunca lo encontró
Nunca lo encontró

San Antonio junio 13 ya llegó...

Mas allá de las
montañas se perdió...

domingo, junio 04, 2006

El verano se siente

Se siente cuando abro la ventana de mi cocina me asomo y miro deslumbrada la luz del patio interior blanco; en él, la ropa tendida todavía humedecida, se mece con el viento suave; mientras, cierro los ojos y aspiro... son los mismos agradables y ligeros olores de siempre que me traen a la memoria imágenes de ayer.
Se adivina cuando el sol se cuela, adornando la cocina, entre las rendijas de las tablillas de la persiana verde.
...
Se comienza a vivir cuando llega la noche más corta, la noche de San Juan.