jueves, noviembre 09, 2006

El mercadillo

No importa el jaleo, ese murmullo constante. Mientras ando entre sus puestos me encuentro en paz, relajada. Es un lugar asociado a la infancia; a las madres y mujeres dando la vez, las vecinas poniéndose al día, cogiendo retazos de comentarios de lo cara que está la vida. No sé por qué, otra de esas asociaciones raras que en un pasado se me debió quedar grabada a fuego, es la de relacionar el mercadillo con la lotería, el Gordo de Navidad. Supongo que es porque ambos son populares, de la gente del barrio, por su algarabía..., porque ese día en el mercadillo es Navidad. Cuando estaba en Getafe, en la residencia, en la soledad de estar estudiando para los exámenes, más nerviosa que otra cosa, ir al mercadillo de Las Margaritas a comprar fruta o jamón serrano era un regalo que me hacía cuando me había repasado todos los temas. Era como estar en casa.