domingo, diciembre 11, 2005

El sueño

Este era uno de los temas que se trataron en el programa "Los especialistas" que vi en el Canal Cuatro el pasado día jueves (8 de diciembre). Se trataba de unos padres cuyo niño tenía dificultades para dormir desde que nació. Los padres se ponían en contacto con el programa para que éstos hablaran con un especialista que les solucionara su problema. El especialista elegido en este caso fue el Doctor Eduard Estivill de la Unidad del Sueño (Neurofisiología) del Instituto Universitario Dexeus de Barcelona. Me dejó estupefacta; su profesionalidad, tranquilidad, manera de expresarse; increíble. Consiguió que me quedará enganchada a la televisión con ganas de saber cómo actuar ante un niño malcriado, que hacía lo que quería con sus padres, manipulando a su antojo sus acciones, y con el sueño no era un excepción. En una hora o poco más, el doctor enseñó a los padres a enseñar a su hijo a comportarse y aprender a dormir; ¡qué difícil y qué mal lo pasaban los padres!, se podía ver en sus caras..., pero la recompensa fue mayor: su hijo les empezaba a hacer caso. Y lo más importante sin que a los padres gritaran ni forzaran al niño, siempre con tremenda paciencia y desde el cariño. Y el niño doblegó.
Esto me dio que pensar. Esta forma de actuar con su hijo, de darle cariño, pero sin prestarle toda la atención que nos saldría prestarle, manteniendo una prudente distancia, porque como decía el Dr. Estivill, el niño tiene que entender que no siempre estamos disponibles para él, que necesitamos nuestro espacio y si él se convierte en nuestro centro, el niño se sentirá poderoso y poseedor del derecho de hacer lo que quiera porque lo conseguirá... pues eso, que todo esto se puede aplicar a otras relaciones que cada uno de nosotros mantiene con amigos, pareja..., claro está, adaptándonos a cada caso y persona, pero en esencia sería eso: tener presente que necesitamos nuestro espacio o camino para desarrollar nuestra personalidad, aficiones, sentirnos a gusto en nuestra soledad, con nosotros mismos; no ser siempre el mismo el que da incondicionalmente; saber decir no; pero siempre desde el amor y el cariño.