Desde que vi la receta, tenía muchas ganas de hacerla. Me gustan mucho las tartas de queso. Junto con la tarta de manzana, son mis favoritas. Pero esperé a tener ciertos accesorios para la cocina, para hacerla mejor. Tras la ya consabida compra de ingredientes, preparación de los mismos y sacar los aparatejos para hacerla, me dispuse a la primera fase: hacer la base de la tarta. Saqué mi recién adquirida picadora y cuando me dispongo a picar ¡¡¡plaaaaf!!! Un petardazo silenció la casa. Se apagó la picadora. Tras diversas llamadas, finalmente descubrimos que la picadora la compramos ya defectuosa y al enchufarla se fulminó y se dispararon los fusibles de la cocina: en fin, lo que se llama un comienzo glorioso. Pero no me amedrenté y dije, esto tiene que salir para adelante o sí o sí. Así que con un cazo y mi fuerza bruta, piqué todas las galletas (sí, también está la opción del trapo y del rodillo, pero me parecía más engorrosa). A partir de aquí ya todo fue coser y cantar. Y no veáis como huele toda la casa cuando la tarta está en horno... Dos advertencias: las cantidades que dice Isasaweis en el vídeo son abundantes, a mi me salió una tarta bien hermosa; y como dice ella, es una tarta para golosos. Es bastante dulce. Pero tiene un sabor ¡¡riquísimo!!
La picadora que me dejó tirada
A falta de picadora, ¡el cazo!
Fuerza bruta
Galleticas bien picadas
La tarta de queso recién introducida en el horno ¿qué saldrá?
¡¡Tachaaaaaán!!
Lateral de la tarta de queso
Resultado final: Tarta de queso con mermelada de frambuesa
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