Por primera vez un post lo escribo previamente en papel.
Con la tormenta que se ha formado no me arriesgo a comenzar a escribir en el ordenador y extasiada con la pulsión y con medio post escrito se me olvide guardarlo y ¡¡zas!! Apagón.
Son las fiestas en mi barrio, La Almozara, durante toda esta semana. No hay nada mejor para que llueva: montar unas fiestas con muchos actos al aire libre. Eso huele a lluvia segura. Este procedimiento tan rústico y popular tiene un porcentaje más alto de efectividad que el científico y sofisticado método de bombardear nubes con yoduro de plata, tan de moda estos días. Además tenemos dos por el precio de uno: fiesta y lluvia, ¡qué más se puede pedir!
Otro método que puedo ofertar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, aparte de que alargue las fiestas de San Isidro hasta julio, puede ser el de que todos los madrileños, y por extensión todos los ciudadanos de comunidades con escasez de agua, se pongan a limpiar sus acristaladas galerías (tcc terrazas) o sus coches. Y no estoy descubriendo el Mar Mediterráneo con estas afirmaciones. Ya lo sé. Sólo recuerdo y planteo como opción, ese conocimiento que reside en todos nosotros ¿quién no ha oído a su madre, padre, herman@, tí@, o uno mismo quejarse amargamente y con dolor de haber invertido minutos, incluso horas, dando brillo y esplendor a esas superficiles acristaladas tan poco agradecidas? Nada más terminar el trabajo -bueno a veces la lluvia nos respeta y da un margen de tiempo para poder enseñar nuestra hazaña a amigos y familiares-, aparecen las temibles nubes negras por el horizonte... la ley de Murphy con todo su fulgor...
En fin que esta mañana iba a limpiar mis terrazas que están llenísimas de polvo pero remoloneando, remoloneando, me he levantado más tarde y no va a poder ser porque está lloviendo! y esta vez gano yo ¡¡que hasta que no escampe no me arriesgo!!
miércoles, junio 28, 2006
Suscribirse a:
Entradas (Atom)