domingo, septiembre 03, 2006

Atrévanse

Me enteré un día viendo el programa "Borradores" de la existencia de "La Casa del Gaitero". Por casualidad y con la curiosidad de entonces, llegamos hasta la misma puerta la mañana del 3 de septiembre.
Es un museo que está abierto desde finales de mayo de 2006. Se encuentra en Aguarón en la comarca del Campo de Cariñena a 50 km de Zaragoza. Es mi pueblo adoptivo, donde por cierto acaban de terminar las fiestas mayores.
Al pasar por la calle Mayor dirigiéndonos a la plaza, arriba en una de esas cuestas imposibles, se encontraba abierta de par en par la puerta de la exposición permanente de instrumentos; ya que no voy mucho por el pueblo, era una ocasión que no debía desperdiciar.
Su creador, Eugenio Arnau, nos introdujo la exposión, su génesis... todo esto ya se describió en el momento de su inauguración en diversos medios de comunicación.
Le admiro por haber conseguido materializar su idea. El resultado es inmejorable. Por el contenido que recoge en la exposición por supuesto, por su colección, pero sobre todo, por su fuerza de voluntad para llevarlo a cabo. Por no echarse atrás cuando todo el mundo le decía que estaba loco por comprar esa casa tan vieja del cura que se caía a pedazos, que tenía cinco dedos de suciedad y escombro por todo el suelo.
Hay que ser valiente para ir adelante con lo que uno piensa, lo que a uno le gusta, y lo más difícil sin dejarse llevar por las opiniones de aquellos que te quieren (por eso, argumentan, te tienen que decir que te estás equivocando...).

También son valientes esas personas, que aunque algo más tarde, hay algo que les hace despertar, reaccionan y deciden cambiar de camino... dirigiéndose hacia dónde realmente querían. Como le pasó a Óscar Sipán.
Leí su historia en una entrevista en la contra del Heraldo de Aragón.

"Hace cinco años tuve un accidente de tráfico que me hizo replantearme mi vida. Tenía un trabajo con el que pagar las facturas, pero no me llenaba. A mí no me pasó nada pero aquel día decidí que tenía que hacer lo que me apasiona porque me podía haber matado haciendo lo que no me gustaba. Tenía que intentarlo...".

Así que ahora es escritor, aparte de dedicarse a hacer otras tantas actividades relacionadas con la literatura.
Se atrevió porque su vida dio un vuelco. Casi se le termina y no quiso seguir perdiendo el tiempo. Tampoco es fácil este camino.

Por supuesto, no sólo conozco los ejemplos de estas personas. Tan sólo son los más recientes, menos conocidos y los más alejados sentimentalmente. Por eso es más fácil hablar de ellos.
Pero hay otros tantos más anónimos que lo son menos para mí, y que están dispuestos a perseguir lo que realmente les apasiona.

Esto es un ánimo para ellos, para quién lo lea, y todavía no se han atrevido o no han podido atreverse, y un enhorabuena para quienes lo han intentado ya.