miércoles, octubre 05, 2011

Proyecto Croqueta

Ya es una realidad: el proyecto croqueta ha sido un fracaso. Y no es porque no le pusiéramos ganas. No es por nada, pero la receta debe tener un error (tipográfico, por lo menos). Sí bueno, éramos primerizos haciendo croquetas, pero algo nos manejamos en la cocina, y este resultado no nos lo esperábamos: la masa, como los peores augurios pronosticaban, ¡NO CUAJÓ!
En la receta ponía que había que echar casi dos litros de leche (1,700 l), y aunque las voces más experimentadas ya nos pusieron sobre aviso, y auguraron que con esa cantidad de leche difícilmente cuajaría, -cosa que aprendimos una vez que ya habíamos "ejecutado" la receta-, pensamos que el frigorífico obraría el milagro. Y la dejamos reposar 48 horas.
Ni por esas. Ahora ya sé que casi dos litros de leche es una burrada para hacer croquetas. Pero claro, la receta era de Martín Berasategui, y una, pues, ¡que tiende a hacer caso a los maestros cocineros vascos!
Eso sí el sabor de la masa: ¡monumental!
Aquí va el testimonio gráfico de las fases por las que pasamos cuando sacamos la masa del frigorífico para empezar a hacer las croquetas: 1. Ilusión. 2. Manos a la obra. 3. Frustración. 4. Negación. 5. Mentar a la madre del que publicó la receta. 6. A alguien le habrá pasado lo mismo, vamos a ver que encontramos en Internet. 7. Leer varios foros donde te animas, porque ves que a la gente le ha pasado lo mismo. 8. Encontrar una solución: poner encima de la masa una capa de patata y queso de gratinar y ¡al horno! Finalmente obtuvimos la receta: "Gratén de bechamel de patatas, pollo y huevo". Riquísimo.
Eso sí. Llevamos dos días comiendo masa de croquetas.

Cuando la ilusión todavía flotaba en el aire

Es duro enfrentarse a la realidad: croqueta-pocha

Idea: ¡"El-Emmental" querido Watson! 

Patatitas en rodajas sobre la bechamel

El queso para gratinar sobre las patatas y sobre la bechamel

Tachaaaaán!: "Gratén de bechamel con patatas, pollo y huevo"